Nos vemos inundados diariamente con una gran cantidad de información. Sobrecarga de información. Durante el embarazo y la maternidad, no es diferente. Cambio de pañales de tela, lactancia materna, alimentación con fórmula, colecho, método de llanto, uso del bebé, cochecitos, qué comer, qué no comer, y la lista sigue y sigue. Es abrumador y a la gente le encanta decirles a las mujeres embarazadas y a las nuevas mamás qué hacer y qué no hacer.
Cuando hay tanta información y los juicios (tanto externos como internos) abundan, ¿cómo podemos examinarlo todo y escuchar la tranquila voz interior llamada nuestra intuición? Mientras oyes, lees y aprendes sobre todas las ideas, opciones y decisiones que existen relacionadas con el embarazo y la maternidad, disfruta de lo mejor (para ti) y deje el resto. ¿Pero cómo? Sigue estos consejos y prueba cómo te va:
- Respira: Simplemente disminuir la velocidad de tu respiración puede ayudarte a sintonizarte. Siéntate o recuéstate durante unos minutos y concéntrate en tu respiración. Inhala lentamente y exhala lentamente. Haz esto durante dos a cinco minutos. Una vez que hayas pasado un momento de tranquilidad escuchando tu respiración, comprueba cómo te sientes.
- Silencio: Busca un lugar tranquilo por unos momentos. Incluso si es en el baño, dondequiera que puedas te sirve. Coloca una mano sobre su corazón y una mano sobre su vientre. Respira profundamente unas cuantas veces y luego pregúntate: «¿Estoy tomando esta decisión desde un lugar de miedo o de amor?» Crear esta conciencia puede ser muy útil. Siempre que estés tomando una decisión o pensando en algo, determina si proviene de un lugar de amor o de miedo. Esto puede ayudarte a avanzar con más confianza.
- Habla: Habla de tus ideas, incertidumbres, etc. con un amigo de confianza. Tu amigo no necesita decirte qué hacer o qué no hoy, a veces es sólo el acto de compartir lo que te proporcionará la claridad que necesitas para atravesar el caos hacia la claridad.
- Escribe: Escribir un diario es muy útil para despejar el desorden en nuestras cabezas. Ayuda a mover todo lo que esté girando de adentro hacia afuera y sobre el papel. Aclara lo que quieres o necesitas hacer escribiendo sobre ello. Si es privado, siempre puedes romper el papel cuando hayas terminado. No se trata necesariamente de tener tus pensamientos escritos para leerlos más tarde; en realidad, es el proceso de escritura el que puede ser lo más poderoso.